ana y miaUna vez, una mujer a la que quiero con todo mi corazón me dijo “es que no sabes lo que es, no puedes parar… Te ves tan mal…” Se me partía el corazón al ver a esa mujer tan guapa e increíble incapaz de verse como la veía yo.

Ella sufrió en sus carnes este problema en una época en la que no existía internet si quiera, y doy gracias a que fue en aquel momento porque no sé qué hubiera sido de ella con la información que hay ahora: páginas web, llamadas Pro-Ana y Pro-Mía y grupos anónimos de whatsapp que animan unas a otras a no comer o a vomitar y que hacen competiciones por ver quien adelgaza más, incluso incluyendo un decálogo de la buena princesa.

Hemos entrado en las páginas web de las que tanto se han hablado para comprobar la información que se da en ellas y lo que se dice por ahí. Según entras en la página de la “Princesa Lorelai”, te dicen que si estás en contra de su estilo de vida debes irte ahora mismo y que nadie dijo que ser una princesa fuera fácil, lo cual ya impacta y avisa sobre lo que te vas a encontrar a continuación. Esta princesa ha publicado su web con apartados como calorías, quemar grasas, perfección, disciplina, adelgaza… Entramos en algunos de esos apartados y encontramos las siguientes frases:

“Si solo comes todo el tiempo te verás desagradable, gorda y serás una basura.”

“Los huesos son puros y limpios.”

“La grasa es sucia y cuelga de ti como un parásito.”

“Sólo la gente delgada es hermosa.”

“Todos aman a ANA (así lo nieguen todo el rato).”

“La comida no es saludable digna de una verdadera princesa.”

“Comprarás siempre ropa linda con el dinero que te ahorres de la comida.”

En la misma web te invitan de forma muy selectiva a un blog secreto. Además, puedes encontrar, en orden alfabético, los blogs relacionados con su temática: convertirte y mantenerte como una princesa. Afirman a su vez, que las pulseras rojas simbolizan poder y que las Anas las llevan como representación de la añoranza de alcanzar el peso deseado. Esta página cuenta con 1581 votos, siendo el 71% afirmativo y el 19 % negativo, eso es, que 1123 personas han dado a que les gusta lo que se predica en ahí, los consejos y trucos para ser una buena Ana.

Visitamos otra de las webs más famosas Pro- Ana, en esta la autora del blog afirma que al entrar en su blog iba a eliminarlo pero que decide no hacerlo finalmente y se limita a poner una advertencia en la que manifiesta que ella no se hace responsable de las opiniones, que es un blog para compartir un estilo de vida y que si a alguien no le gusta que se vaya. Habla en repetidas ocasiones de su paso por una depresión y de unir las fuerzas para ser proanas, apoyándose unas a otras. Cuenta su historia de cómo empezó todo: intentando huir de la obesidad. La Princesa Fernanda, se autodefine en varias ocasiones como depresiva de mierda, habla de cortes en la piel, de automutilaciones, y qué hacer cuando no puedes vomitar ni puedes escaquearte de comer, entre otras.

En las páginas pro Mía, cambia un poco la dinámica y hablan de consejos para vomitar más fácilmente, incluso hablan de un medicamento utilizado para ello que puede provocar paro cardíaco. Éstas, para diferenciarse de las Ana, llevan pulseras moradas o negras para reconocerse.

Aunque son mayoritariamente las mujeres las afectadas, cada vez son más los hombres que se ven alcanzados por esta enfermedad, se les llama Príncipes. Se pueden ver mensajes suyos en las webs mencionadas animando a las princesas e incluso hablando de lo que les gusta una mujer delgada y que las mujeres vomiten, alimentando así la mente afectada de las princesitas.

Todas las webs visitadas tienen en común que afirman que sólo hablan de su estilo de vida y que no hacen mal a nadie pues solo se apoyan unas a otras y se aconsejan porque tienen un estilo de vida similar. Que nadie, por leer una web de anoréxicas o bulímicas se convierte. No ven el riesgo porque para ellas es la forma de no sentirse solas e incomprendidas en su lucha contra el mundo.

Pasemos a hablar de quiénes usan estas páginas que, de momento, son legales en España:

“Según datos de la Agencia de Calidad de Internet (IQUA), el 75% de los usuarios de estas páginas son menores de edad y el 80% son chicas. Además, según una encuesta realizada por Protégeles, publicada en diciembre de 2007 y realizada a menores con edades comprendidas entre 8 y 17 años, el 17% de los menores que usaban internet visitaban páginas ‘Pro-Ana’ y ‘Pro-Mía’ y el 26,2% de chicas y el 15% de los chicos accedían a ellas para perder peso.”

Es muy fácil encontrar comentarios de madres que piden que se cierren estos blogs y otras niñas que entran a pedir que se acabe con el dolor que provocan, incluso en alguna ocasión hay alguien que les habla de lo enfermas que están, de que deben quererse por lo que son y tal y como son, todas ellas reciben comentarios en los que le mesnaje es el mismo: no me entiendes así que déjame.

En Francia estas páginas son ilegales, desde 2008, los responsables de las páginas pueden llegar a enfrentarse a penas de tres años de cárcel y una multa de hasta 3.000 euros y en Italia se acaba de presentar un proyecto de ley para prohibirlas y se pide hasta dos años de cárcel y multas de entre 10.000 y 100.000 euros para quien instigue a la anorexia o a la bulimia. En España son muchas las organizaciones que se suman a esta petición. Incluso, el Defensor del Menor lleva pelando desde 2005 para poder lograrlo. Desde entonces y con la ayuda de organizaciones como la Asociación Protégeles, presidida por Alberto Cánovas, son ya unas 500 páginas las que se han cerrado pero no es suficiente, es necesario que exista una regulación legal.

 No hay una solución fácil. El cierre de las webs es necesario, y la regulación también, eso está claro. Pero el problema sigue estando ahí y debería existir una manera más fácil de poder ayudar a estas chicas a superar su problema, a que se sientan comprendidas y apoyadas. La mujer de la que he escrito al principio, afortunadamente, encontró la fuerza en su interior y logró dejar aquella forma de suicidio lento y progresivo, no sin cicatrices claro, pero esas marcas le ayudan a saber quién es ahora y lo que quiere en la vida.

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