Hoy en día, afortunadamente, cada vez vamos tomando más conciencia de muchas enfermedades y de los cuidados que las personas que las padecen requieren; sin embargo, aun tenemos una asignatura pendiente pues, ¿quién cuida al cuidador?

riesgos-patologias-cuidadores-alzheiemer-noticia-644x362Seguramente la mayoría de nosotros conoce al menos a una persona que tiene a alguien dependiente a su cargo; bien sea por alguna enfermedad o por el deterioro asociado a la vejez. Tanto cuidar como ser cuidados son aspectos naturales para nosotros y, de hecho, cuidar de nuestros seres queridos suele generar gran satisfacción y, en muchas ocasiones, ayuda a reforzar vínculos familiares. Sin embargo ¿Qué ocurre cuando esa conducta de cuidar al otro se extiende demasiado en el tiempo?¿Qué ocurre cuando alguien se convierte en cuidador prácticamente las 24 horas del día, cuando empieza a desatenderse a sí mismo y sus propias actividades?¿Seguirá sintiendo principalmente esa satisfacción, esa ternura, o empezara a experimentar emociones de carácter más negativo?

El síndrome del cuidador quemado aparece habitualmente cuando la conducta de cuidar del otro se mantiene demasiado en el tiempo y se asocia a los altos niveles de estrés que el cuidador debe soportar así como a la sobrecarga que padecen (ya que es muy habitual que no reciban ninguna ayuda en las tareas de cuidado); con el paso del tiempo, y si no se presta atención a preservar su calidad de vida, el cuidador llega a un estado de agotamiento físico, emocional y mental que le lleva a mostrar síntomas como los siguientes:

  • Fatiga, trastornos del sueño y síntomas somáticos.
  • Desmotivación, angustia y depresión.
  • Pensamientos negativos del tipo “¿Para qué hago esto si no sirve para nada?””Por mucho que me esfuerce no mejorará”
  • Actitudes y emociones negativas dirigidas a la persona objeto de sus cuidados.
  • Disminución del rendimiento.
  • Además las emociones negativas y la desmotivación suele provocarles grandes sentimientos de culpabilidad que generan que se hundan más.

¿Como evitar caer en este estado?

Es importante que el cuidador recuerde que tan importante es cuidar al otro como cuidarse a sí mismo, esto incluye dejar un espacio para su ocio y descanso, para sus actividades propias, para sus amigos y familia (ya que el apoyo social puede ser muy importante, por ejemplo para poder expresarse) pero también incluye dejarse ayudar, pedir ayuda  y saber establecer límites, no hay por qué ceder a todas las demandas de la persona a la que se cuida si estas son excesivas. También es bueno manejar unas expectativas realistas, hacer uso del humor y expresar los sentimientos y frustraciones.

No olvidemos que para poder cuidar de otros también tenemos que cuidar de nosotros mismos; nadie es omnipotente, todos necesitamos ayuda y ser cuidados en distintos momentos.

Ainara Rivas Olivera
Psicóloga en MasaM

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