El coronavirus nos está afectando en todos los ámbitos de nuestras vidas y en la realidad de todo el planeta. Además de la salud, la vida personal, laboral, social y familiar de muchas personas se están viendo afectadas por esta pandemia. En este artículo vamos a hablar de cómo ha afectado el Covid-19 a la relación afectiva de las parejas.

China, el país donde se originó el coronavirus, ya nos venía avisando de esto. Una vez declarado el estado de alarma en nuestro país y por ello el confinamiento, el pasado 14 del mes de marzo, el número de solicitudes de divorcio comenzaron a colapsar las oficinas. La única diferencia entre China y España es que el proceso de divorcio allí se hace en aproximadamente 40 minutos, algo que en España es impensable. En nuestro país, desde que se realiza la solicitud hasta que se concede el divorcio hay meses de por medio, algo que evita tomar decisiones en caliente.

Muchos expertos hablan de una mayor tasa de divorcio tras las vacaciones de verano y Navidad, pues es cuando hay mayor convivencia y los cónyuges se dan cuenta de que no quieren seguir juntos; lo mismo está ocurriendo con el confinamiento y la “nueva normalidad”. Muchas parejas se plantean si realmente quieren seguir o no con sus respectivos.

Numerosos letrados de diferentes bufetes de abogados afirman: “cuando la situación sanitaria, social y económica se calme, intuimos que podría darse un repunte en el número de separaciones o divorcios similar al que vivimos todos los años después de las vacaciones de verano y de las Navidades”. DªI. M de la AEAFA (Asociación Española de Abogados de Familia), en la misma línea, refería: “está pasando lo mismo que suele ocurrir después de vacaciones; después de un periodo de tiempo de mayor convivencia suelen dispararse los divorcios”.

Si volvemos unos meses atrás, para muchos matrimonios el confinamiento se presentaba como un reto; 24 horas juntos sin poder salir de casa, teletrabajando, con niños a los que atender y un sin fin de tareas domésticas. Además, la Dra. Olga Martín Díaz, experta en psicología clínica y forense, afirma: “durante el confinamiento las parejas han sufrido situaciones nuevas donde pequeños roces anteriores se han hecho constantes e insoportables”. Por eso, parece que los más afectados por esta pandemia han sido los matrimonios que ya venían arrastrando problemas previos al confinamiento; aunque, también, los matrimonios que pensaban tener una relación saludable han sufrido problemas conyugales durante la cuarentena.

La pandemia ha provocado que las pequeñas tareas del día a día se hayan convertido en un bache entre los dos cónyuges. Se piensa que las mayores disputas sobre el coronavirus han girado y giran entorno a cómo actuar ante el Covid-19 (¿salimos o no?, ¿nos ponemos en contacto con nuestros familiares y amigos?, ¿volvemos al trabajo?), el reparto de las tareas del hogar, la crianza de los hijos y el cómo va a solventar la pareja la crisis económica. Según los expertos, algunas parejas han tenido que recurrir al “juego silencioso” para evitar discusiones. Este “juego” consiste en estar con auriculares de forma constante o recurrir a las pantallas para evitar cualquier tipo de comunicación; de esta manera, se sigue el lema “no molestas y a ti no te molestan”.

Hoy sabemos que el matrimonio es algo muy soluble y que no existe el compromiso completo, hecho que en el siglo pasado era bastante diferente. Quizá el hedonismo, el materialismo y la permisividad a la que nos enfrentamos en el siglo XXI hace que el placer y el deseo momentáneo sea posible en todo momento aunque vaya contracorriente con nuestros valores y con nuestros compromisos. Quizá por eso, es frecuente que los jóvenes cambien constantemente de pareja, inicien relaciones de acuerdo al poliamor y que haya un aumento de divorcios cada año.

Se podría plantear que en lo que a las relaciones de pareja o conyugales se refiere, se ha instalado una “nueva normalidad al respecto”, aumentando generalmente la inmadurez afectiva tanto de hombres como de mujeres. Quizá esto sea un indicador de inmadurez y de que la persona no está preparada para mantener una relación sentimental estable y ante el mínimo problema se opta por la separación y no por salvar la relación sentimental.

No debemos olvidar al mismo tiempo que la crisis económica derivada de esta pandemia, los problemas que han surgido de la convivencia, la falta de acuerdo para repartirse las tareas del hogar y la complicidad de compaginar el teletrabajo con la crianza de los hijos, han generado mucho conflicto en las parejas.

Nos preguntamos, ¿ha sido el coronavirus responsable de estas crisis conyugales y de pareja o simplemente ha dado luz a problemas existentes pero latentes y amortiguados por la vorágine del día a día antes de que la pandemia de la Covid-19 nos dejase paralizados de manera obligada?

 

Dra. Olga Martin Díaz                                                                                   Dña. Begoña García Vericat

olgamartindiaz@gmail.com                                                                         b.garcia.vericat@gmail.com

MASAM                                                                                                                          Psicóloga MPGS

Olga Martín Díaz
Col-M-12996
Psicólogo especialista en Psicología Clínica
Psicóloga Forense y Criminóloga, Máster en Psicoterapia
Especialista europeo en Psicoterapia Europsy
Profesora del Máster General Sanitario de Psicología en TCA, UNAV, Pamplona

 

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