Vivimos en una sociedad en la que las redes sociales son algo fundamental, tanto que nos estamos volviendo dependientes de ellas, de estar siempre conectados.

facebook-adiccion(1)Si nos paramos durante unos segundos y analizamos nuestro día a día, así como el de las otras personas que nos rodean, nos damos cuenta de que podremos obtener datos de la vida privada de mucha gente (incluso de aquellos con los que apenas tenemos contacto) gracias a algunas de las redes sociales más comunes, tales como: Facebook, Twitter, Whatsapp, Instagram, Snapchat, Telegram, etc.

A raíz del uso masivo de todas estas aplicaciones y estos “avances”, comienza a surgir la hipótesis de si todas estas “facilidades” de “encontrarnos y estar siempre conectados” tienen beneficio alguno o, si por el contrario, merman y condicionan de forma negativa nuestras relaciones sociales.

Con todo esto parece que la intimidad, el concepto de vida privada, se está perdiendo día a día, ya no lo valoramos. Se ha creado la necesidad de compartir a cada instante lo que se está viviendo, a ser posible incluso en directo, generando así una situación de desconexión del presente en la que se vive más pendiente de “postear” para mostrar algo, que de hablar con la persona que se encuentra al lado.

Muchas personas creen que este hecho, esta dependencia, afecta tan solo a adolescentes, pero también se ha demostrado que las personas adultas sufren problemas con este tipo de redes. Tanto es así, que se han realizado estudios de la calidad de vida en parejas que utilizan mucho el whatsapp viendo que aquellas que lo utilizan más llegan incluso a cortar la relación por conflictos como la última hora de conexión o el “doble check”.

La pregunta que planteamos al respecto es la siguiente: ¿cómo afectan las redes sociales a nuestras relaciones personales? ¿sigue existiendo la intimidad?. Os invitamos a la reflexión sobre este tema.

Ainara Rivas Olivera
Psicóloga en MasaM

 

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