¿Quién no ha oído hablar del coaching? Prácticamente todo el mundo sabe de la existencia de esta disciplina pero, ¿sabemos realmente lo que es un coach? ¿En qué nos puede ayudar?  ¿Cuándo puede ser necesario? Y, lo más importante, ¿Cuándo NO es lo más apropiado?coaching-vs-therapy1-1

Según la ASESCO (Asociación Española de Coaching) el coaching es un entrenamiento personalizado que ayuda a cubrir el vacío entre el lugar donde está una persona y aquel en el que desea estar. También lo definen como “una profesión que consiste en acompañar a personas o grupos en la misión de alcanzar sus objetivos, y más a largo plazo, al éxito en su evolución personal, profesional y corporativo”. En resumen, técnicamente la función de un coach es ayudarte a cumplir tus objetivos pero, ¿en qué se diferencia de la psicología clínica? Esta misma página nos ofrece una serie de diferencias entre coaching y psicología; desde MasaM queremos informar de que dichas diferencias están basadas en una idea errónea de lo que es la psicoterapia, así como en lo que parece un profundo desconocimiento de la infinidad de tipos de la misma que existen. A continuación os presentamos algunas de las diferencias que exponen en su página web:

  • “Un coach acompaña a su cliente en el diseño de futuro sin que el pasado limite al desarrollo.” Diciendo esto parece que dejan caer subliminalmente que desde la perspectiva de los psicólogos el pasado sí que limita el desarrollo. Nada más lejos de la realidad, en primer lugar es necesario saber que hay diferentes corrientes de psicología y cada una tiene sus principios teóricos pero, en general, los psicólogos consideramos que, aunque desde luego lo ocurrido en el pasado puede ser importante, no tiene por que limitarnos; del pasado hay que aprender y, de hecho, muchas personas van a terapia precisamente con el objetivo de superar esas limitaciones, vengan del pasado, del presente o de donde sea. ¿Limites? Importantes autores como K. Goldstein o Maslow nos hablan de la tendencia humana a la autorrealización; sus terapias se centran en ayudar a que el cliente venza los obstáculos que dificultan ese crecimiento hacia la autorrealización; para Winnicott, una referencia del psicoanálisis, el objetivo de la terapia es que el paciente entre en contacto con su verdadero self (el yo), el proceso psicoanalítico es una transición que favorece su desarrollo y expresión.  La idea de la psicología no es frenarse ante los límites sino superarlos.

 

  • “En terapia se analiza el ¿por qué? de las cosas, en el coaching se trabaja en el ¿Por qué no?. Incluso en el ¿Para qué? de lo que quiere el cliente.” Es cierto que desde psicología se puede trabajar el porqué de las cosas, pero eso no significa, como ellos sutilmente sugieren, que no se analice el “por qué no”, el “para qué” o, en resumen, lo que la problemática del cliente-paciente requiera. Pero de hecho hay corrientes psicológicas en las que la incongruencia de esta afirmación destaca más si cabe, por ejemplo, uno de los fundamentos de la psicología gestáltica es la importancia de la experiencia; se valora la experiencia en sí, es decir, el fin es experimentar en lugar de explicar.

 

  • “En el coaching generalmente trabajamos hacia el futuro que quiere ser diseñado por el cliente modificando el presente, la terapia suele comenzar por el pasado.” Esta afirmación está basada en una idea muy general y superficial del psicoanálisis, que no de la psicología. El psicoanálisis es tan sólo una de las orientaciones psicológicas que existen pero hay muchas más; los psicólogos no nos limitamos a hablar del pasado y no siempre empezamos por el mismo; de hecho hay corrientes, como la ya mencionada psicología de la Gestalt, centradas en el aquí y el ahora.

 

  • “La terapia se enfoca en lo que está mal mientras el coach se enfoca en lo que se puede mejorar y desarrollar.” La psicoterapia, efectivamente, puede identificar lo que está mal, pero eso no signifique que se centre exclusivamente en ello. Uno de los principios que siguen la gran mayoría de los psicólogos es precisamente centrarse en potenciar los recursos que el paciente tiene, es decir, centrarse en lo bueno, en lo que se puede desarrollar. No trabajamos desde la negatividad sino desde el optimismo; consideramos que el paciente puede desarrollarse para alcanzar la mejor versión de sí mismo.

 

  • “El coaching se centra en lo que deseas y es posible para tí, no se centra en lo que te pasó.” Una vez más hacen referencia a la orientación al pasado de la psicología y, como ya hemos dicho, esto no tiene por qué ser así, pero además esta vez añaden que el coaching “se centra en lo que deseas” ¿Intentan sugerir que los psicólogos no? ¿Que somos muy directivos y no le damos tanta libertad al paciente? Una vez más nos encontramos ante una idea errónea; queremos volver a remarcar la multitud de tipos de terapia que existen y el hecho de que cada una trabaja de una forma y con un estilo diferente (y, por tanto, cada una es apropiada para una problemática distinta). Por poner un ejemplo evidente mencionaremos la psicología humanista de Carl Rogers, que propone un rechazo al rol directivo del terapeuta poniendo una confianza radical en el cliente, él es el director de la terapia.

 

  • “En el coaching tenemos clientes, en terapia pacientes.” Esta afirmación, aunque sin duda es más irrelevante, también es errónea. Sin ir más lejos Carl Rogers, al que acabamos de mencionar, hablaba de clientes y no de pacientes.

 

  • “Un coach trabaja exclusivamente en objetivos y metas con las que el cliente está comprometido.” Y quien lea esto se preguntará ¿la psicología no? ¿Me van a obligar a trabajar en aquellos temas que no deseo tratar? Error. El compromiso del paciente con los objetivos y metas de la terapia es uno de los factores más importantes a la hora de garantizar el éxito terapéutico; por lo que uno de los primeros pasos que seguimos los psicólogos es, precisamente, definir con el paciente dichos objetivos. Esto se puede ver reflejado en la psicología sistémica, pero también en el psicoanálisis, en modelos conductuales, en los cognitivos, etc. En resumen, y por meter una nota de humor, los psicólogos no te vamos a obligar a hablar de la relación que tenías con tu madre si no quieres, TÚ eres el dueño de tu psique y TÚ decides qué deseas contar o no y cuándo, esto se llama autolegislar tu privacidad y es parte del principio de autonomía, principio que ningún psicólogo debe saltarse y que implica que el paciente tiene derecho a autolegislarse y decidir por sí mismo.

 

  • “Una terapia psicoanalítica puede llevarte años, el coaching puede durar sólo unas sesiones.” En primer lugar, y a riesgo de repetirnos, es importante destacar que la terapia psicoanalítica es sólo una de las múltiples formas de hacer terapia. Una terapia psicológica durará más o menos tiempo en función de cada caso y de los objetivos marcados, pero desde luego no tiene por qué durar años, por ejemplo, la terapia cognitiva de Beck se lleva a cabo en 20 sesiones. Ni siquiera el psicoanálisis tiene por qué durar tanto tiempo; esto es cierto si nos centramos en la cura tipo psicoanalítica, pero dentro de esta misma corriente podemos encontrar, por ejemplo, la psicoterapia dinámica breve, un enfoque que establece un tiempo limitado de terapia, como máximo un año, y que engloba, por ejemplo, la técnica de Malan o la psicoterapia de tiempo limitado de Mann.

 

Una vez aclarados estos puntos retomamos nuestro tema inicial ¿es mejor un psicólogo o un coach?

Como bien dicen en el blog de diván psicólogos el coaching no deja de ser psicología y, como tal, puede ser efectivo, sobre todo si el coach en cuestión es cálido, empático, sabe escuchar y, en definitiva, si tiene sentido común. Una persona que acuda a un coach puede encontrar en él la ayuda que necesita, puede darse cuenta de muchas cosas e incluso empezar un proceso de cambio. ¿Cuál es el problema entonces? Nosotros, como psicólogos, encontramos dos grandes inconvenientes al mundo del coaching tal como está planteado en España en la actualidad:

FALTA DE REGULACIÓN:

Actualmente el coaching no está adecuadamente regulado como profesión. Esto implica que el cliente está desprotegido en caso de que surja algún problema con su coach ya que, aunque puede cursar una reclamación, ASESCO “animará a ambas partes a llegar a un acuerdo” pero “no puede garantizar llegar a un resultado […] ni tampoco puede obligar a ninguna de las partes a participar en todo o parte del proceso.”

En cambio si un psicólogo comete una infracción del código deontológico puede ser denunciado al COP (Colegio Oficial de Psicólogos), que le puede suspender, bien sea de forma temporal o incluso permanente, garantizando así la seguridad de los pacientes.

FALTA DE PREPARACIÓN:

¿Qué se necesita para poder decir que eres coach y ejercer como tal? Certificarse como coach es tan simple como realizar un curso de 140 horas y no requiere una formación previa específica, muchos coach son también psicólogos pero otros muchos no tienen estudios relacionados con la psique humana. Recordemos en este punto que, actualmente, para poder ejercer como psicólogo clínico es necesario realizar un grado de 4 años y un postgrado de, al menos, año y medio.

¿Qué implica esta abismal diferencia de preparación y cuál es nuestro miedo? Podríamos resumirlo con la siguiente cita de Maslow: “Si tu única herramienta es un martillo, tiendes a tratar cada problema como si fuera un clavo”. En teoría, si te encuentras ante un coach coherente, y queremos pensar que la mayoría lo son, en el momento en que advierta que tus demandas le sobrepasan o que se encuentra ante una problemática grave, debería derivarte a un psicólogo o al profesional que convenga, ¿cuál es el problema entonces? que su falta de preparación puede impedirles detectar adecuadamente la gravedad de la situación y llevarles a pensar que con su actuación es suficiente; lo que resultaría ser un flaco favor para su cliente.

EN RESUMEN

Dentro de la psicología hay muchas corrientes y orientaciones, algunas están más orientadas hacia problemas concretos, otras a las fortalezas del paciente, a tratar alguna psicopatología, al crecimiento personal o incluso simplemente al apoyo.

El coaching, que no deja de ser una parte de la amplia disciplina que es la psicología, puede ser muy efectivo, puede ayudarte a potenciar tus recursos, progresar y alcanzar tus objetivos pero, aquí está la diferencia con la psicología, se puede quedar muy corto y, si la situación se complica, su falta de preparación puede ser un problema a la hora de identificarlo y ponerle solución.

Ainara Rivas Olivera
Psicóloga en MasaM
3 comentarios
  1. no estoy de acuerdo , con algunas apreciaciones del articulo, porque en las sesiones de sicoterapia el sicologo clinico o el siquiatra, que asisten al paciente, cuando existen trastornos de la personalidad, obligatoriamente se tienen que trabajar a fondo y con intensidad la relacion con papa y con mama es una ley, si no como se podria determinar los origenes de ciertas perturbaciones de la conducta del paciente-

  2. y ello la confianza y la presion ejercida por el profesional obliga al paciente a conectar con toda una infinidad de emociones y es alli donde se aplican las diferentes tecnicas terapeuticas orientadas,a poner en orden los pensamientos sanos y a ayudar al paciente a ir creciendo en sentido emocional y al comportamiento sano en sus relaciones interpersonales…De echo hay sesiones muy fuertes con un alto contenido emocional donde los pacientes se sienten terriblemente mal en sentdo emoconal , pero es necesario para su recupercion…

    • En primer lugar, gracias por hacernos llegar tu opinión Carlos.
      Hay un aspecto en el que lamentamos decirte que no estas en lo correcto, no hay ninguna obligación de trabajar con la historia familiar de los pacientes por muy grave que sea el trastorno, hay distintos abordajes y caminos que se pueden tomar sin necesidad de entrar en la historia familiar, especialmente si por lo que sea el paciente no está de acuerdo con ello.
      Por otro lado, estamos muy de acuerdo en que, efectivamente, hay sesiones muy fuertes y con un alto contenido emocional y de las que los pacientes pueden salir “tocados” pero en el artículo queríamos hacer énfasis en que esto no siempre es así, que es algo que no tiene ni por qué llegar a ocurrir en toda una terapia y en que, cuando ocurre, siempre es con el objetivo final de lograr una mejora para el paciente.

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