Muchas veces cuando hablamos de adicciones pensamos en las drogas o en el alcohol, pero nos olvidamos de las llamadas adicciones comportamentales. La adicción al sexo, a las compras o a internet son ejemplos de este tipo de adicciones.

Las adicciones comportamentales siguen el mismo patrón que las adicciones a sustancias químicas. La necesidad y la frecuencia por llevar a cabo el comportamiento va aumentando con el fin de lograr la satisfacción que genera la conducta adictiva. Todas estas adicciones generan dependencia, síndrome de abstinencia y tolerancia.

Con la llegada de la pandemia estas tres adicciones comportamentales (al sexo, compras e internet) también han estado muy presentes; de hecho, se han incrementado. Nuestra vida social y nuestras actividades de ocio están cambiando, pero el ser humano tiene una gran capacidad de adaptación, por eso, las personas adictas no han dejado de consumar su conducta adictiva, sino que han aprendido a conseguir su recompensar de otra manera.

En relación con la adicción al sexo, encontramos altos nivel de consumo de pornografía. Muchas veces pensamos que el adicto al sexo es solo aquel que consuma el acto sexual, sin embargo, también se refiere al consumo de pornografía y a la masturbación excesiva. El confinamiento y la nueva normalidad ha causado un gran aumento de la pornografía debido al uso excesivo de las pantallas y a la reducción del contacto social. La facilidad y la rapidez que nos ofrecen hoy las nuevas tecnologías hacen que con un solo ‘click’ puedas acceder a todo el porno que desees.

La adicción a las compras muchas veces se inicia, de forma consciente o inconsciente, como consecuencia de un episodio de ansiedad o estrés. Al comprar se consigue un estado de placer emocional que compensa los niveles iniciales de malestar. Una vez más, encontramos que las nuevas tecnologías han contribuido a exacerbar esta patología. Hay dos razones por las que han aumentado esta adicción desde que se inició la pandemia. La primera, para reducir el malestar que produce la situación que estamos viviendo; y, la segunda, por la facilidad con la que se ofrece (a cualquier hora del día y con un solo ‘click’), la gratificación inmediata y la reducción del estigma social (es un acto más privado donde no hay interacción social).

Como hemos visto con la pornografía y las compras online, el uso del teléfono móvil ha aumentado exponencialmente en los últimos meses. Las nuevas tecnologías se están convirtiendo, cada vez más, en una necesidad. En los espacios académicos y laborales es impensable no contar con ellas y más ahora con la pandemia; también, las interacciones sociales a través de la pantalla están aumentado. Es normal esta necesidad y a la vez inevitable, pero hay que tener en cuenta las graves consecuencias que pueden tener su uso excesivo, su adicción.

Si cuando no tienes el móvil cerca estas nervioso, te pones ansioso cuando la batería se esta agotando, miras el móvil cada pocos minutos aunque no tengas notificaciones, tardas en dormirte más de lo normal, tus relaciones sociales han disminuido o cuando estas con gente no puedes evitar seguir mirando el móvil; estas ante una adicción a las nuevas tecnologías, y como hemos hablado en este artículo, su adicción puede ir más allá.

 

Dra. Olga Martin Díaz                                                                                   Dña. Begoña García Vericat

olgamartindiaz@gmail.com                                                                         b.garcia.vericat@gmail.com

MASAM                                                                                                            Psicóloga MPGS

Olga Martín Díaz
Col-M-12996
Psicólogo especialista en Psicología Clínica
Psicóloga Forense y Criminóloga, Máster en Psicoterapia
Especialista europeo en Psicoterapia Europsy
Profesora del Máster General Sanitario de Psicología
en TCA, UNAV, Pamplona

1 comentario
  1. If you want to use the photo it would also be good to check with the artist beforehand in case it is subject to copyright. Best wishes. Aaren Reggis Sela

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