thHabitualmente se señala el umbral de los 65 años como el principio de la ancianidad, aunque existan amplias diferencias individuales.

Actualmente nos encontramos ante un interés creciente por la vejez y por los cambios que esta implica, tanto físicos como psicológicos. Este interés se debe principalmente a que, debido al aumento de la esperanza de vida y al descenso de las tasas de natalidad,  estamos asistiendo a un envejecimiento de la población, que de hecho va a ir a más en los próximos años y que hará que, en tan sólo unos años, la proporción de ancianos supere con mucho a la de jóvenes.

Este envejecimiento de la población implica una carga de responsabilidad sobre las capas jóvenes del Estado y de la sociedad; por lo que nos encontramos ante una revisión del concepto tradicional de la inutilidad de los viejos, decidiendo la elevación de la edad de jubilación para los funcionarios, así como la prolongación en su ocupación de los trabajadores y empleados ancianos por la empresa privada con las correspondientes adaptaciones a ellos de las condiciones de trabajo.

La vejez no es sinónimo de enfermedad, inutilidad e incapacidad. Es cierto que son comunes los problemas sensoriales, pero muchos pueden ser remediados. Las personas mayores pueden hacer muchas de las cosas que hacían cuando eran jóvenes, solo que suelen hacerlo más despacio o adaptarse de alguna otra forma a las limitaciones de la edad, es una forma de regular las pérdidas.

¿Cómo es la psicología en la vejez? Durante la vejez las personas deben llevar a cabo unas adaptaciones a nivel psicológico que les harán vivir dicha etapa de forma plena y satisfactoria; estas tareas son las siguientes:

  1. Trascendencia de lo corporal frente a la preocupación por el cuerpo: La persona tiene que ser capaz de despreocuparse de los problemas físicos inevitables de la edad y  hacer cosas distintas.
  2. Diferenciación del ego frente a inquietud por el rol laboral: La identidad no debe ceñirse exclusivamente a lo que se hace en el trabajo sino que hay que valorarse al margen de lo laboral.
  3. Trascendencia del ego frente a preocupación por el ego: Se requiere la aceptación de que la muerte es algo cercano e inevitable y no hay que abatirse ante ello.
Ainara Rivas Olivera
Psicóloga en MasaM

 

 

 

 

 

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