124309662--624x616-kQqG--624x616@La VerdadSegún la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cuatro personas sufre trastornos de la conducta relacionados con las adicciones sin sustancia.

Las adicciones sin sustancia, también conocidas como psicológicas o comportamentales, y las químicas (las drogodependencias clásicas) presentan perfiles clínicos y requieren enfoques terapéuticos similares; en ambas existe tolerancia, dependencia y abstinencia con patrones conductuales problemáticos o desadaptativos

Sin embargo, las adicciones sin sustancia pasan más inadvertidas y, normalmente, están más aceptadas socialmente.

La ludopatía es la adicción sin sustancia más extendida, de hecho, se trata de la que más se atiende tanto en atención primaria como en consultas de psiquiatría. Además, es la adicción sin sustancia más similar al modelo contextual, social y neurobiológico de las adicciones.

Actualmente existe una alarma social importante debido al aumento de la oferta de juegos online y páginas de apuestas, que ha experimentado un crecimiento continuo desde 2011. Es claro que el mundo del juego online está creciendo de forma considerable y, mientras que parece que sí que existe conciencia social respecto a las ludopatías clásicas (tragaperras, bingo, casinos), no existe una conciencia similar respeto al riesgo del juego online y de las apuestas deportivas, que además son mucho más accesibles, más cómodas y están más difundidas. Hoy en día, ¿quién no es capaz de citar al menos dos o tres páginas de apuestas deportivas o juego online?

La Asociación Americana de Psiquiatría ya expresó, respecto al juego patológico que hay “un incremento de evidencias consistentes de que jugar activa el sistema cerebral de recompensa de forma similar a como lo hacen las drogas de abuso y a que provoca una patología con síntomas clínico comparables a los que provocan las drogas”.

Por lo tanto es muy importante que estar informado sobre los efectos negativos asociados a los problemas con el juego; como por ejemplo la depresión, ansiedad, estrés, insomnio, problemas familiares, problemas laborales o escolares, etc.

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Ainara Rivas Olivera
Psicóloga en MasaM

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