La inteligencia emocional (IE) se refiere a la capacidad que tiene una persona para reconocer e identificar sus propias emociones así como las emociones de los demás, también se relaciona con la habilidad de controlar dichas emociones en las relaciones interpersonales; en definitiva este concepto se refiere a tener competencias tanto emocionales como sociales.
La inteligencia emocional se podría resumir y simplificar en las siguientes competencias, establecidas por el Modelo de Competencias emocionales de Goleman:
- Auto-consciencia: ser capaz de conocer e identificar las propias emociones
- Auto-regulación: la capacidad para controlar dichas emociones; se refiere a la habilidad para lograr un equilibrio emocional.
- Motivación: la capacidad para motivarse a uno mismo; para encontrar metas, objetivos por los que moverse
- Empatía: la habilidad para reconocer las emociones de los otros; el ser capaz de ponerse en el lugar de los demás
- Habilidades sociales: el adecuado manejo de las relaciones con los demás; saber desenvolverse adecuadamente en el medio social.
La inteligencia emocional es una habilidad que se puede aprender y entrenar, en la que podemos educarnos y que se relaciona fácilmente con:
- Éxito profesional y resultados positivos en el trabajo o en el ámbito académico: ya que se relaciona con el desempeño, la motivación y la alta satisfacción; además es especialmente importante en los trabajos que exigen trabajo en equipo ya que incrementa nuestras habilidades sociales
- Menores niveles de estrés debido a la fortaleza psicológica que implica, que lleva a una mayor tolerancia del mismo; además también nos permite tolerar mejor la frustraciones o las presiones a las que podamos estar sometidos.
- Mayor nivel de auto-eficacia: ayuda a enfrentarse a los obstáculos viéndolos desde la óptica del reto y no del problema
- La inteligencia emocional se ha relacionado y utilizado mucho en el ámbito laboral, especialmente en lo que a liderazgo se refiere ya que el liderazgo empático ha demostrado ser altamente efectivo.
En definitiva se trata de una competencia necesaria y que puede ayudar en prácticamente todos los aspectos de la vida de una persona ya que ¿en qué ámbito de la vida no afectan las emociones que podamos sentir? Ser capaz de identificar y regular dichas emociones puede ayudarnos desde a mejorar nuestras relaciones familiares, sociales y de pareja hasta a lograr buenos resultados deportivos o incluso a tener mejor salud.
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