iStock_000016132671Small-480x369Actualmente, podemos decir que existen tres modelos diferentes de toma de decisiones:

  • Modelo paternalista: el profesional sanitario decide por el paciente, quien se convierte en alguien pasivo en su propio proceso.
  • Decisión informada: el profesional informa sobre todas las opciones posibles, pero no aconseja, es el paciente quien decide.
  • Toma de decisiones compartida: las decisiones se adoptan conjuntamente entre el profesional sanitario y el paciente.

Para poder avanzar hacia el modelo de toma de decisiones compartida, el paciente debe poder tener libertad de decisión pero, ¿cuáles son las condiciones para poder considerar que una decisión es realmente autónoma?

  • Debe ser informada, el paciente debe conocer las alternativas, los efectos y los riesgos de cada posible alternativa. Para poder informar adecuadamente es necesario no sólo que el profesional médico tenga los conocimientos si no también que sepa discernir los datos relevantes de los irrelevantes, cuales de los que sí son relevantes deben ser trabajados y, también, que pueda hacer una buena valoración de riesgos
  • Debe ser voluntaria: sin coacción explícita ni implícita.
  • La persona debe ser mentalmente competente, es decir, capaz tanto cognitiva como emocionalmente hablando.
  • La decisión debe ser auténtica, es decir, que no choque con los valores del paciente.

Además, para adecuarse al modelo de la toma de decisiones compartida, el vínculo terapéutico debe basarse en la confianza ya que es la mejor forma de asegurar que, mientras que el profesional sanitario aporta sus conocimientos y la información sobre los riesgos y beneficios de las alternativas, el paciente pueda compartir sus valores, preferencias, preocupaciones y experiencia con el problema de salud en cuestión con total libertad.

En definitiva, la toma de decisiones compartida nos ayuda a conocer las preferencias y necesidades del paciente, así como a capacitarlo para que tome un papel activo y acorde a sus deseos en el cuidado de su salud. Este proceso requiere un intercambio de información (personal, por parte del paciente, y médica, por parte del profesional) y deliberación entre las distintas opciones para así poder llegar a una decisión consensuada.

Ainara Rivas Olivera
Psicóloga en MasaM

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